El condicionante principal era el confort en esta vivienda, situada en Algorta, para una familia con tres hijos . La vivienda original tenía huecos muy pequeños y un pasillo kilométrico, típico de las viviendas de los años 80. Con la reforma, conseguimos huecos más amplios y sobre todo, mucha luz en toda la vivienda y un confort altísimo con un mínimo consumo energético.
La cocina es el corazón de esta vivienda: un espacio amplio, acogedor, con ventanas que dan a diferentes orientaciones y con mucha luz natural. Se cuidó mucho la elección de las lámparas, para crear unos espacios cómodos y cercanos.
En la zona del salón se dejó el espacio abierto hacia la terraza.
Se colocó en el lavadero el sistema de ventilación con recuperador de calor, un modelo que además cuenta con enfriamiento activo a través de bomba de calor, para conseguir refrescar el interior en verano.
Se colocó una capa de 12 cm. de aislamiento de lana mineral en el techo para evitar pérdidas energéticas, ya que es la última vivienda del edificio.
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